“Allá donde se cruzan los caminos, donde el mar no se puede concebir, donde regresa siempre el fugitivo, pongamos que hablo de Madrid”. Joaquín Sabina compuso una canción a la maravillosa capital y es que cada rincón de esta ciudad es mágico. Aunque sabemos que es imposible aburrirse paseando por sus calles, te mostramos qué ver en Madrid y la historia que se esconde detrás de estos lugares. Fórmate como experto en promoción turística local e información al visitante.
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El Retiro
Sin duda, el parque más emblemático, no solo de la ciudad, sino del país. Perderte por sus rincones y pasear a la luz del día es uno de los mayores placeres. Cuando paseas y de repente te encuentras con el precioso Palacio de Cristal sin duda es una sorpresa fantástica y una visita obligada si te preguntas qué ver en Madrid.
El pulmón de la ciudad tiene una extensión de 125 hectáreas y más de 15.000 árboles, uno de ellos, el más antiguo de la capital, tiene más de 400 años. Es un sitio cargado de cultura y arte, donde puedes escuchar música en directo, ver espectáculos o comer en algún que otro rinconcito del parque.
Lleno de asombrosa arquitectura, preciosos jardines y espléndidas estatuas y fuentes, sin duda el parque del Retiro es una extensa obra de arte. Existen diferentes jardines, muy dispares en cuanto a estilo y formato, pero a la vez se complementan entre ellos creando sintonía.
Cuenta la leyenda que entre los arbustos y los árboles vivía un pequeño y travieso duende. Hacia cambiar el orden y el color de las flores y se dice que se les aparecía a los enamorados y, si era amor verdadero, hacía crecer las flores en otoño. Ahora puedes ver una pequeña estatua de un duendecillo subido a la antigua jaula de los leones.
Palacio de Cibeles
Este precioso y espectacular palacio es el actual ayuntamiento de Madrid. Construido en los inicios del siglo XX, el Palacio de Cibeles fue construido para la gestión del correo y las telecomunicaciones.
Sin duda destaca su fachada principal, de color blanco, con una torre de 70 metros de altura, ofrece unas vistas panorámicas espectaculares de la ciudad. Un palacio encantador que mires donde mires te sorprende más.
El arquitecto de origen gallego Antonio Palacios, colocó un blasón gallego en el lugar que debía ocupar el escudo de la casa Borbón. El guiño a Galícia es casi imperceptible, aunque en la fachada del palacio existen otros elementos también curiosos. Una ninfa con medio cuerpo vegetal se alza sobre el arco de la puerta principal. También se puede ver la cabeza de Hermes, el mensajero de los dioses, una metáfora a la principal función del edificio, gestión de la mensajería.
Museo del Prado
Considerado uno de los museos más importantes del mundo, el museo del Prado nos brinda la posibilidad de disfrutar de miles y miles de obras de arte. Destacan importantes obras de El Greco, Velázquez, Tiziano, Goya, Rubens y El Bosco, entre otros maestros.
Ya de por sí la estructura arquitectónica es una maravilla. El museo tiene más de 200 años y ha contribuido de manera significativa al estudio y difusión de la pintura española y europea. Considerado un museo para pintores, es un lugar de constante inspiración y aprendizaje. Perderse por sus pasillos, por sus cuadros y esculturas, es considerado un paseo mágico donde vuela la imaginación.
Sin duda tienes que estar un buen rato para conseguir ver todo lo que el museo tiene para ofrecer, pero merece mucho la pena pasar un día observando y admirando todas y cada una de las maravillas que este museo tiene para enseñar.
Puerta de Alcalá
El arquitecto italiano Francisco Sabatini construyó esta obra de arte en 1778. La Puerta de Alcalá fue una de las cinco puertas reales de acceso al recinto del parque del Retiro y el primer arco de triunfo construido en Europa después de la caída del Imperio Romano.
Se encuentra en el centro de la rotonda de la Plaza de la Independencia y anteriormente daba acceso a la gente que venía desde Francia o Aragón. Sin duda, el corazón de Madrid.
Según la orientación por donde la mires, los diseños arquitectónicos de la Puerta de Alcalá son diferentes. Dependiendo si la miras desde la entrada del este o del oeste. La razón de que sea así es muy curiosa, ya que el arquitecto le mostró a Carlos III dos bocetos de dos posibles arcos de triunfo. El rey, impresionado con las dos propuestas, no supo decidirse y el arquitecto optó por utilizar las dos.
Palacio Real
Fue la residencia oficial de los reyes hasta que posteriormente se trasladaron al Palacio de la Zarzuela. Es considerado el palacio más grande y monumental de Europa Occidental.
Puedes ver diferentes exposiciones como la Real Armería, que contiene una exposición muy amplia de armaduras y elementos relacionados. Si paseas por el palacio y echas un vistazo hacia arriba, hacia las bóvedas, podrás ver que están pintadas por los más grandes artistas de cada época, Goya, Velázquez, El Greco, Rubens o Caravaggio, entre otros.
El salón del trono sin lugar a dudas es el espacio más espectacular. Es el que se conserva más fiel a sus orígenes ya que no ha cambiado, desde hace 200 años, su forma ni su función. Empezó a habitarlo el rey Carlos III, aunque empezó a construirse con el reinado de Felipe V.
Templo de Debod
Este templo fue un regalo de Egipto a España como agradecimiento por la ayuda española de salvar los templos de Nubia. Al trasladar el templo a España, quisieron conservar su situación original y está orientado de este a oeste, como en Egipto. Tiene una antigüedad de 2.200 años y se inauguró en Madrid el 20 de julio de 1972, después de dos años de reconstrucción.
Sus estancias se pueden visitar gratuitamente y sin duda es un viaje al pasado. Pero si prefieres, puedes esperar al atardecer y disfrutar de una de las mejores puestas de sol de Madrid.
El templo fue construido en honor al dios Amón, padre de todos los dioses. Poco a poco fueron añadidas diferentes divinidades como Osiris, dios de la agricultura, o Isis, la gran diosa madre.