La masa de hojaldre es uno de los ingredientes más versátiles para incluir en todo tipo de platos: dulces y salados. Y es que esta masa crujiente es perfecta para todo tipo de combinaciones. En este artículo hablamos sobre el origen de la misma, su elaboración y las recetas que se pueden realizar con este sabroso alimento. Si quiere saber más sobre postres y dulces, fórmate con nosotros con nuestro Curso Panadería. No te arrepentirás
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Origen
En la actualidad, situamos el inicio de esta masa en la repostería medieval de las regiones árabes. Sin embargo, es cierto que existen algunos indicios que parecen indicar que en la antigua Grecia y Roma también se empleaba este ingrediente. En cualquiera de los dos casos, está más que justificado que se trata de una masa bastante antigua de la que varias generaciones han hecho uso.
En cuanto a las modificaciones que ha sufrido a lo largo de los siglos, existen diferentes historias y anécdotas. Algunas de ellas han dado origen a distintas variantes de la masa de hojaldre, como es el caso de la francesa. De hecho, se han encontrado recetas que datan del siglo XVII. Así, el español Hernández Máceras escribió en su libro de cocina en el año 1607 la receta de esta preciada masa.
No obstante, y a pesar de que hay datos anteriores, se le otorga al francés Claude Lorrain la fama de haber descubierto cómo prepararla. Y es que, tras numerosas pruebas y cambios, este panadero francés consiguió elaborar el hojaldre del modo en que lo hacemos hoy en día. Es decir, realizó el cambio de aceite con el que lo elaboraban los árabes por mantequilla. Además, fue el que introdujo la técnica de estirar y doblar la masa en diferentes capas.
Elaboración de la masa de hojaldre
En la preparación del hojaldre, hay que comenzar teniendo en cuenta cuáles son los ingredientes:
– 500 gramos de harina.
– 250 ml de agua.
– 60 gramos de mantequilla fundida.
– 350 gramos de mantequilla en frío.
– 5 gramos de sal.
Proceso
Una vez que tenemos todos los ingredientes, comenzamos con la elaboración por pasos. El primer paso es coger un bol de tamaño grande donde se coloca toda la harina. Una vez en el interior, hacemos un hueco en el medio y añadimos la mantequilla fundida, el agua y la sal. A continuación, añadimos poco a poco la harina para integrar todos los ingredientes hasta conseguir una pasta uniforme y se saca del bol para seguir amasando.
Cuando esté todo amasado, se hace una bola y se perfora con una cruz en el centro, dejándola reposar con papel film en la nevera (entre 30 minutos y 1 hora). Mientras reposa, cogemos dos papeles de horno y entre ellos colocamos el bloque de mantequilla en frío. Con ayuda de un rodillo la aplastamos y la aplanamos un poco.
Por otro lado, sacamos la masa de la nevera y la estiramos haciendo con ella una forma de cruz. En el centro de esa cruz, colocamos el bloque de mantequilla aplanado. Cerramos la mantequilla en el centro y estiramos, repitiendo el proceso siempre en la misma dirección. Esto se realiza dos veces y se enfría la masa en la nevera 30 minutos. Después, se repite el proceso y tras cada estiramiento, se deja reposar 20 minutos. En total se recomienda realizar unas seis o siete vueltas.
Tipos de postres
Los postres que contienen este tipo de masa pueden ser muy diversos, pero es posible clasificarlos en dos grandes grupos. El primero de ellos incluiría todos aquellos postres en los que el hojaldre actúa como base de otros variados ingredientes. El segundo grupo sería aquel en el que el hojaldre envuelve todos los ingredientes, los cuales quedan ocultos en su interior.
En el primero de los grupos destacamos una gran variedad de postres, entre los que destacan las tartaletas o pasteles y las tartas con base hojaldrada (como la típica y deliciosa tarta de manzana). En el segundo grupo aparecerían otras variantes como son las napolitanas de chocolate, las trenzas (en cuyo interior se incluyen otros ingredientes), los croissants con chocolate en el interior, los canutillos rellenos, milhojas o las empanadillas dulces.
Además de los que ya se han comentado, existen ciertos postres en los que el hojaldre es el ingrediente principal y, en muchas ocasiones, único. Por ejemplo, hay que destacar las palmeritas dulces (las cuales están elaboradas con hojaldre y azúcar) o los croissants que no tienen relleno. El roscón de reyes hojaldrado sería otro de los ejemplos, a pesar de que suele llevar fruta escarchada como decoración. Sin embargo, de no añadir ningún relleno, el hojaldre se convertiría en el ingrediente fundamental de este postre navideño.
Recetas con masa de hojaldre
Además de todos los postres ya comentados, el hojaldre ofrece muchas posibilidades en gastronomía salada. Así, es típico utilizarlo en cualquier tipo de plato que incluya masas, sustituyendo esta por masa de hojaldre. Este es el caso de las empanadas (especialmente la de atún o la de jamón y queso), las cuales se elaboran normalmente con masa hojaldrada.
Saladas
Sin embargo, las posibilidades que tiene el hojaldre dentro de los platos salados son mucho mayores. Así, además de las combinaciones típicas de empanadas y empanadillas, el hojaldre combina a la perfección con otros alimentos como espinacas, quesos y pescados.
Por ejemplo, se pueden elaborar empanadillas de espinacas, queso azul y nueces o de salmón con queso feta. Del mismo modo, resulta típico que una masa tan versátil pueda aunar algunos ingredientes dulces y salados como, por ejemplo, la empanadilla de queso de cabra con cebolla caramelizada.
Por último, destacar también recetas muy tradicionales. Es el caso del solomillo Wellington, un solomillo de cerdo preparado de una forma tradicional y envuelto en una masa hojaldrada.
En definitiva, la masa de hojaldre es una opción idónea para cocinar tanto platos dulces como salados. Se trata de una de las masas más exquisitas y refinadas, tal y como has visto en su elaboración. Esperamos que te haya gustado el artículo y que te animes a probar algunas de las recetas propuestas.