Cuando disfrutamos de una buena comida, nuestros cinco sentidos están a flor de piel. No solo el gusto participa en este acto, sino que es una combinación de todos nuestros sentidos. Los alimentos son una fuente imperiosa de estímulos relacionados directamente con la calidad. Es por eso que los expertos analizan esta calidad a partir de los sentidos. Se trata de las propiedades organolépticas y en el post de hoy te explicamos qué son para que pongas todos tus esfuerzos para que todas ellas sean inmejorables. Conviértete en todo un chef profesional con nuestro Curso Experto en Diseño Artístico de Platos y prepara platos armónicos, elegantes y apetecibles.
Índice de contenidos
¿Qué son las propiedades organolépticas?
Como ya hemos mencionado, una buena comida no solo importará el gusto. Cuando disfrutamos de una receta, lo hacemos tanto por la vista, el gusto, el olfato y el tacto. Para poder decidir si un plato es de calidad, los catadores deben entender que se trata de una combinación de los sentidos. Las propiedades organolépticas son aquellas características que son percibidas por los sentidos. Por ejemplo, los chefs saben perfectamente que una buena presentación hará que nos sea más apetecible un plato que otro. ¡Y qué decir del olor!
Los 4 parámetros organolépticos
Color
¿Te comerías un plátano marrón? El color de un alimento nos indica la calidad del mismo. Sabemos que describirlo puede ser una tarea complicada, por eso existen cartas de color codificadas que ayudan a catalogarlos de una forma más efectiva. Hay colores que parecen más apetecibles que otros, además, pueden ser un indicador del tiempo de cocción. Para poner un ejemplo, la carne, hay quien le gusta más hecha que otra y, para saberlo, nos fijamos en el color de la misma a la hora de cocinarla.
Esta propiedad organoléptica también nos sirve como indicador de frescura y deterioro. Antes incluso de probar el alimento, ya tenemos claras señales de la calidad del mismo, para no tener que sufrir algún tipo de intoxicación alimenticia.
Sabor
Puede que nos parezca que es el sentido más obvio a la hora de probar un plato cocinado. El sentido del gusto es posible gracias a las papilas gustativas que tenemos en la lengua. ¿Sabes que son capaces de distinguir entre cinco sabores distintos? Podemos degustar un alimento dulce, salado, amargo, ácido y el conocido como sabor umami. Dependiendo de la área de la lengua, se percibirán más unos sabores que otros.
Aroma
Otra de las propiedades organolépticas más importantes a la hora de probar un plato es el aroma. Lo percibimos gracias al sentido del olfato. Los alimentos desprenden moléculas volátiles que son percibidas por el epitelio olfatorio y los seres humanos podemos distinguir hasta diez mil olores diferentes. Aunque es muy difícil de catalogar el olor, sí que somos capaces de hacer analogías con lo que percibimos. Podemos tener aromas de referencia como la madera, la rosa o el almizcle.
Textura
Finalmente, encontramos la textura, una propiedad clave para saber qué prefieren los consumidores. Por ejemplo, nos encanta oír crujir una barra de pan recién sacada del orno o unas patatas fritas de bolsa. Encontramos diferentes texturas. Los alimentos pueden ser viscosos, granulosos, consistentes…